En
esta clase hablamos de las invasiones bárbaras y la destrucción del Imperio
Romano de Occidente. Dijimos que los romanos llamaban bárbaros (extranjeros) a
todos los pueblos que no estaban sometidos al Imperio. Nos detuvimos en los
pueblos bárbaros germanos y dijimos que habitaban una vasta zona de Europa y
eran vecinos del Imperio. Estaban divididos en tribus guerreras gobernada por
un jefe militar. Eran nómadas y se dedicaban a la cría de ganado y a veces
practicaban una agricultura primitiva. Su religión era politeísta, sin embargo
algunas de los pueblos que estaban más en contacto con Roma se habían hecho
cristianos. Los pueblos germanos más importantes eran los Francos, Sajones,
Vándalos y Godos. Estos últimos vivían cerca del Mar Negro y se dividían en
Visigodos (Godos del oeste) y Ostrogodos (Godos del este).
Muchas
tribus germanas habían penetrado en territorio romano en tiempos del Bajo
Imperio y vivían pacíficamente con autorización del gobierno imperial. Muchos
de ellos eran colonos y otros eran admitidos en el ejército que los ciudadanos
romanos ya no querían integran. A este proceso los historiadores lo denominan
“barbarización” del Imperio. Es muy importante recordarlo porque tuvo
importantes consecuencias. Lo cierto es que desde fines del siglo IV la
penetración de los bárbaros se hizo más intensa y en el siglo V llegó a ser una
invasión violenta.
¿A qué se debió esta invasión? Quizás hubo muchas causas que
desconocemos, pero sabemos que a fines del siglo IV, los Hunos, pueblos mogoles
provenientes del Asia, invadieron Europa y sometieron a varias tribus germanas.
Esa invasión alarmó a las otras tribus y provocó que muchas tribus tuvieran que
cruzar la fronteras (el “Limes”) del Imperio Romano buscando seguridad. El
siguiente mapa nos permite tener una idea las invasiones de los germanos:
Al
comenzar el siglo V los visigodos penetraron en territorio romano, recorrieron
el Imperio y llegaron a saquear la ciudad de Roma (410) y luego se
establecieron en la Península Ibérica donde formaron el Reino Visigodo. En la
misma época, los vándalos y otros pueblos germanos penetraron en el Imperio
Romano de Occidente por el Rin, arrasaron la Galia occidental y se
establecieron en el norte de África donde crearon el Reino de los Vándalos
(429). Poco después, los francos invadieron el norte de la Galia y los sajones
ocuparon las Islas Británicas. A mediados del siglo V, los hunos comandados por
Atila, llamado “el azote de Dios”, saquearon e incendiaron amplios territorios
de Europa central y occidental.
Un sector de las murallas de Roma asaltadas por los
bárbaros
Todas
esas invasiones provocaron un terrible estado de anarquía en el ya debilitado y
barbarizado Imperio de Occidente. El gobierno imperial adoptó la actitud de
considerar a los pueblos germanos invasores como asociados al Imperio. Pero en
el año 476 los hérulos destronaron al emperador Rómulo Augusto, de diez años de
edad, y formaron en la Península Itálica el Reino de Italia. De esta manera
desapareció el Imperio Romano de Occidente cediendo el lugar a los reinos
germano-romanos. De ellos vamos a hablar en la clase del viernes. Por último,
dijimos que la suerte del Imperio Romano de Oriente fue muy distinta, porque su
realidad era muy distinta a la de Occidente y llegó a durar casi 1.000 años luego
de la caída de Roma.
Hasta el viernes.
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