Hoy
nos ocupamos del reino de los francos y dijimos que gracias a las conquistas
que llevaron adelanta varios de los reyes de la dinastía merovingia llegó a ser
el reino romano-germano más importante. Sin embargo, poco a poco los reyes
francos se fueron desentendiendo de los asuntos del gobierno y se dedicaron a una vida de placer, sin
preocuparse por gobernar. Es por eso que a esos reyes se les llamó “los reyes
holgazanes”. Del gobierno del reino se encargaba un funcionario llamado el
“mayordomo de palacio”. Este mayordomo era un funcionario de máxima confianza
del rey que se ocupaba de resolver todos los asuntos vinculados al gobierno del
reino. Se ocupaba desde cosas muy
sencillas como organizar banquetes para el rey y cuidar sus caballos.
Pero también se ocupaba de los asuntos más importantes del reino como reclutar
a los guerreros, firmar tratados con otros reinos y llevar las cuentas de los
gastos del palacio. El palacio no era un edificio como en Roma o Bizancio. Así
se llamaba al gobierno de los francos del cual formaba parte el entorno de sus
guerreros, sus parientes y sus hombres de confianza.
Con
el paso del tiempo, el poder de los mayordomos de palacio fue creciendo cada
vez más y poco a poco se fueron convirtiendo en los verdaderos dueños del
poder. Incluso el cargo de mayordomo se convirtió en hereditario y se fue
trasmitiendo de padres a hijos en una familia llamada Heristal. Es así que uno de ellos, llamado Pipino se sintió lo
suficientemente fuerte como para destronar a su rey Childerico III. Para ello
le pidió consejo al obispo de Roma (el Papa) acerca de quién debía gobernar a
los francos, si el que tenía el poder en los hechos o el que lo tenía solo de
nombre. El Papa respondió “que más valía llamar rey a quien poseía autoridad de
tal y no al que carecía de ella”. Esa era la respuesta que esperaba Pipino,
quien inmeditamente convocó a una asamblea de guerreros y se hizo proclamar rey
de los francos al tiempo que el rey Childerico III fue encerrado en un
monasterio. De ese modo se fundó la dinastía de los carolingios, así llamada en
honor de Carlos Martel, el padre de Pipino el Breve. De esa importante dinastía
nos vamos a ocupar en la siguiente clase. Los espero.
AYUDA
PARA LOS DEBERES
Dejo
este mapa de la expansión del Islam que nos va ser de mucha ayuda para los
deberes. Por cualquier duda no dejen de consultarme a mi correo electrónico: carlosgutierrez664@gmail.com
LECTURA PARA EL VIERNES
También les dejo una lectura que nos adelanta muchas cosas
que veremos el viernes. Mañana les voy a entregar una copia impresa cada uno
pero sí lo desean, ya pueden leerlo hoy aquí:
CARLOMAGNO Y SU IMPERIO (768-814)
Representación ecuestre de Carlomagno
A
la muerte de Pipino le sucedieron sus dos hijos, Carlos y Carlomán, pero este
último murió muy pronto (771) y entonces quedó solo en el trono Carlos, que
llegó a reinar sobre los francos por casi cincuenta años. Carlos o Carlomagno
(o sea “Carlos el Grande”) como se le llamó mucho después, no fue un hombre de
gran cultura, pero fue un hábil gobernante que supo administrar sus territorios
y puso fin a las luchas por el poder internas. Además eliminó la figura de los
“mayordomos de palacio”. También fue un gran conquistador que logró expandir el
territorio de los francos a costa de los otros reinos bárbaros-germánicos e
intentó conquistar para la cristiandad los territorios en manos de los
musulmanes aunque sin mucho éxito aunque sí logró contenerlos.
Carlos
fue el gran defensor del cristianismo en Occidente y fue el principal aliado
del obispo de Roma (el Papa) a quien protegió de otros pueblos bárbaros no
cristianizados que eran sus enemigos. Gracias a ello, en la Navidad del año
800, el Papa León III le coronó Emperador por la gloria de Dios. Así nació el
llamado Imperio Carolingio que intentó ser un resurgimiento del desaparecido
Imperio Romano de Occidente, que había
caído por las invasiones bárbaras en el año 476 pero seguía siendo recordado
como algo grandioso.
El
Imperio Carolingio abarcaba grandes territorios de Europa, en las zonas que hoy
ocupan países como Francia, Bélgica, Holanda, Suiza, Alemania, República Checa,
Eslovaquia y partes de España, Italia y Hungría. El imperio estaba dividido en
provincias gobernadas por funcionarios llamados condes. Las provincias
fronterizas, llamadas marcas, eran las más expuestas a los ataques
enemigos bárbaros o musulmanes y estaban gobernadas por funcionarios llamados marqueses.
Los condes y marqueses eran vigilados por enviados del emperador llamados
“missi dominici” (enviados del señor) que recorrían las provincias cuatro veces
al año.
El
título de emperador obtenido por Carlos, no modificó su estilo de vida
sencillo, mas propio de un rey franco que de un emperador romano. Se la pasaba
recorriendo el imperio, haciendo la guerra y una parte de año la pasaba en la
ciudad de Aquisgrán, que por eso se la considera como la capital imperial.
Este
es un breve relato de la coronación de Carlos en el año 800 escrito por su
biógrafo Eginardo:
“Celebró
la Navidad en Roma, En este día muy santo, mientras se levantaba después de
haber ido a la Misa, el Papa León III le puso la corona en la cabeza y todo el
pueblo de los romanos le aclamó gritando: ¡A Carlos Augusto, coronado por Dios
grande y pacífico Emperador de los romanos, vida y victoria! Y luego le
llamaron Emperador y Augusto”
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