lunes, 14 de octubre de 2013

En 1º4 la clase la dio Carlos (14 de octubre)

En esta clase hemos seguido conociendo más acerca del Imperio Carolingio y estuvimos recordando que se trataba de un imperio que mantenía características de la tradición romana, la tradición germana y el cristianismo. Por lo tanto es muy importante recordar que se trataba de un imperio ROMANO, GERMANO y CRISTIANO.
Recordamos que el imperio estaba dividido en más de 200 pequeñas provincias llamadas “condados” que estaban a cargo de condes. Algunos condados, de las zonas fronterizas más peligrosas se llamaban “marcas” y estaban a cargo de condes llamados “marqueses”. Los condes y marqueses eran vigilados por inspectores, llamados “missi dominici” (que significa “enviados del señor”) que recorrían todo el imperio. Estos enviados del señor generalmente eran dos: uno religioso y el otro no. Debían informar al emperador sobre la conducta de los condes y marqueses y realizaban reuniones donde cualquiera podía presentar sus quejas.

Aspecto actual de la catedral de Aquisgrán, la capital  fundada por Carlomagno.


El Imperio Carolingio no tenía organizado, como el Imperio Romano,  un sistema de recaudación de los impuestos ni pagaba con dinero a sus funcionarios. A los condes y marqueses el emperador les otorgaba un BENEFICIO, o sea dándoles tierras con campesinos (colonos) para que hagan usufructo de ellas. Usufructo quiere decir que podían utilizar la tierra en su provecho pero no podían venderlas. Para obtener el beneficio, los condes y marqueses debían realizar un JURAMENTO DE FIDELIDAD al emperador. Con ese juramento quedaban obligados de por vida a prestar obediencia y servicio al emperador cuando éste los necesitase para ir a la guerra y defender el imperio. El juramento era una costumbre muy difundida entre los pueblos germanos. Se realizaba una ceremonia solemne sobre las armas y la Biblia. Es decir que el juramento era algo sagrado, era un compromiso ante Dios y ante el emperador, por lo tanto no se podía romper jamás. El emperador podía quitar las tierras que  había otorgado en beneficio si se sentía ofendido o  traicionado por algún conde o marqués.  


Esta antigua imagen nos muestra una escena del juramento de fidelidad de un conde ante Carlomagno.

También recordamos que aunque el Imperio Carolingio trató de ser una restauración del desaparecido Imperio Romano de Occidente había muchas diferencias con él y las condiciones de vida habían cambiado.  En este mundo inseguro y peligroso las personas ya no contaban con un Estado fuerte y poderoso ni un Derecho que los defendiera y por lo tanto estaban obligadas a buscar el sustento y la seguridad en los “vínculos personales de dependencia”. De esa forma, los hombres podían solucionar los problemas que les amenazaban, tales como la alimentación, la vivienda y la protección. Si uno era un campesino, debía ponerse bajo la protección de un conde o marqués (el Señor) tal como habían hechos los colonos en los tiempos del Bajo Imperio Romano. Se realizaba un juramento ante el Señor por el cual éste le otorgaba al campesino y su familia una parcela de tierra para trabajar, vivir y sustentarse. A cambio de ello, el campesino debía obediencia total al señor y también debía entregarle todos los años parte de sus cosechas. Los campesinos no eran esclavos, pues no podían ser comprados ni vendidos pero estaban unidos a la tierra por juramento y no la podían abandonar jamás y cuando morían, sus hijos tampoco podían hacerlo.

Escena del trabajo en el campo en tiempos de Carlomagno


En la próxima clase vamos a seguir hablando de todas estas cosas y también vamos a realizar un repaso de todo lo que hemos visto en las últimas clases. Recuerden que el viernes tenemos escrito y es muy importante tener una buena nota. Hasta el miércoles. 

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