En esta clase
hemos continuado hablando de la urbanización durante el Imperio Romano. Nos
interesamos por las grandes obras de la ingeniería romana. Primero nos
detuvimos en las grandes vías o carreteras que atravesaban todo el Imperio. La
ciudad de Roma era la capital y el centro de ese imperio y por eso dijimos que
“Todos los caminos conducen a Roma”. Vimos que los caminos fueron creados con
una finalidad militar, para facilitar el desplazamiento de las legiones a los
lugares donde era necesaria su presencia. También dijimos que tenían una
finalidad administrativa porque servían para mantener al Emperador y al Senado
en continuo contacto con las provincias y para recibir los tributos que ellas
enviaban a Roma. También servían para los intercambios comerciales que se
vieron enormemente facilitados pues estaban siempre recorridas por carros con mercaderías.
Es importante señalar que también cumplían una función política ya que solían
llevar el nombre del magistrado que la había diseñado. Por ejemplo: la Vía Apia,
construida por el cónsul Apio Claudio; la Vía Emilia, por el cónsul Emilio: Vía
Domitia, por el emperador Domiciano y así sucesivamente.
Este el mapita
de los deberes, se los muestro aquí para que puedan verlo más claramente:
Los caminos
romanos eran obras de ingeniería muy eficientes y se asemejaban mucho a
nuestras modernas rutas. En la siguiente imagen podemos ver como se construían
esos caminos que constaban de cuatro capas de diversos materiales que le daban
una resistencia impresionante. ¡Varias de ellas siguen existiendo después de
más de 2.000 años!
Luego nos detuvimos
en las obras de ingeniería que los romanos construyeron para cubrir las
necesidades de Roma y las otras grandes ciudades del Imperio. Una solución
genial para las grandes construcciones fue el empleo del “arco de medio punto”
que tomaron de los antiguos etruscos. El arco permitía construir estructuras
muy grandes y sólidas a la vez tales como puentes, acueductos, anfiteatros,
palacios y arcos de triunfo. Pero los romanos no se quedaron allí, sino que
unieron varios arcos entre sí y crearon la “bóveda de cañón”, que se sigue
usando en la arquitectura moderna.
Pero acaso el logro más impresionante haya sido la unión
circular de varios arcos para crear el domo o bóveda radial que permite cubrir
grandes espacios sin necesidad de columnas. Aquí les dejo una imagen de la
bóveda del Panteón romano, vean lo hermosa e imponente que es:
Un grave
problema de la ciudades era el abastecimiento de agua limpia a los habitantes,
que en el caso de Roma superaban el millón. El río Tíber ya resultaba
insuficiente para cubrir las necesidades de tanta población y por eso se hacía
necesario traer el agua desde lugares más lejanos tales como ríos, lagos y
montañas. Para ello se construyeron conductos artificiales llamados
“acueductos”.
Roma llegó a contar
con once acueductos y llegaron a tener más de 60 km de longitud. El agua se
transportaba por gravedad, es decir que los acueductos tenían una leve
pendiente para que fluya el agua hacia el lugar de destino. Una vez allí se
vertía a un gran depósito y luego se distribuía en fuentes públicas donde la
gente la sacaba. Como no había grifos, el flujo de agua no podía detenerse y
por eso se construyeron alcantarillas o cloacas que llevaban al río más cercano
el agua sobrante.
Como pueden ver, los
romanos fueron grandes ingenieros y arquitectos y dejaron obras que aún hoy
asombran al mundo. En la próxima clase nos vamos a ocupar de las diversiones
públicas y vamos a conocer el Coliseo, el Circo y las Termas. Los espero.
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