En la clase de hoy estudiamos las ciudades romanas y la
vivienda durante el Alto Imperio.
En la ficha que trabajamos había dos imágenes de ciudades
de distinto origen (una romana y otra medieval). Pudimos ver que el diseño, el
trazado de sus calles, era distinto. Mientras la Ciudad Medieval se diseñaba
con un diseño llamado Radiocéntrico, la Ciudad Romana se diseñaba como si fuese
un tablero de damas o de ajedrez. Esta forma de construir y diseñar ciudades
proviene de Grecia, concretamente con la obra de un arquitecto llamado
Hipodamo. Este sistema de planeamiento urbanístico es llamado Hipodámico o
diseño en Damero, donde el diseño de las calles de la ciudad es en ángulo recto
creando manzanas rectangulares.
Con las conquistas territoriales, Roma usa este sistema
en todas sus provincias, entre las cuales estaba la actual España. Cuando este
país conquistó América usa este diseño para la construcción de ciudades en este
continente. Montevideo y la mayoría de las ciudades latinoamericanas están
diseñadas con este sistema de amanzanamiento.
Las calles en las ciudades romanas eran muy estrechas,
sin embargo existían dos calles principales mucho más anchas y que cruzan la
ciudad. El Cardo cruza la ciudad en
dirección norte-sur, y el Decumano lo
hace en dirección este-oeste. En el punto de intersección de estas dos calles
principales se encontraba el Foro, una plaza principal de toda ciudad romana
donde se encontraban edificios dedicados al culto, edificios públicos, mercados
y gente haciendo negocios.
Los romanos
trataron de construir un entorno urbano lo mejor posible para vivir. Tenían un
sistema de alcantarillado, acueductos para traer a la ciudad agua potable,
termas, baños públicos, pavimento y todo aquello necesario para vivir lo mejor
posible.
Sin embargo testimonios de la época nos cuentan que la
vida en la ciudad de Roma era muy dura. Debido a la gran migración del campo a
la ciudad, Roma durante el siglo I a.c. contaba con una población que había
ascendido a casi un millón de habitantes. Esto producía que las calles de la
capital estuviesen muy transitadas. Quienes debían caminar por las calles
tenían un traslado difícil. Los conductores de carros ocupaban las angostas
calles y el ambiente se tornaba violento. Las calles eran sumamente ruidosas,
había mucha gente y mucho grito.
Otro problema con el que contaba la ciudad romana era que
podían caer recipientes desde las ventanas de alguna vivienda, además de poder
ser un riesgo para la salud de las personas, estos recipientes no siempre
estaban vacios. Durante las noches las calles eran muy inseguras, existían
grupos de muchachos que se dedicaban a golpear gente y a escribir sobre las
paredes mensajes muchas veces obscenos.
La vivienda
Había dos tipos de vivienda urbana: Insulae y Domus.
Las Insulae eran viviendas muy modestas de varios pisos
que ocupaban toda una manzana. Tenía varias habitaciones donde vivía la gente
de bajos recursos y se les alquilaba. El nombre Insulae proviene de la palabra
Insula que significa manzana, y cada habitación recibía el nombre de Cenáculo.
Eran como pensiones de alquiler de la actualidad.
Generalmente las Insulae estaban construidas en madera.
La parte baja de la construcción, su base, se hacía con ladrillos, pero para
poder hacer varios pisos hacia arriba se precisaba una estructura más liviana.
Esto hacia que los derrumbes fueran un peligro constante. Otro peligro que sufría
este tipo de vivienda era que al intentar sus ocupantes cocinar o calefaccionar
el ambiente podía llegar a causar un incendio. Estas habitaciones no contaban
con agua ni con baño, era una habitación en donde vivían varias personas en muy
malas condiciones ya que cocinaban y dormían en un mismo ambiente. Todas estas
habitaciones tenían ventanas que daban a la calle y en la planta inferior de
este edificio había comercios.
Los dueños de las Insulae eran generalmente personas de
mucha riqueza.
Las Domus eran las casas que habitaban los miembros de la
aristocracia o ricos comerciantes, muy lujosas, de un solo piso y orientadas
hacia un patio interior, prácticamente sin ventanas hacia las calles. Estas Domus
se construían con buenos materiales, ladrillos y cemento, en el interior se
podían observar paredes decoradas con pinturas.
Estas casas tenían un espacio central llamado Atrium que
era el eje de la casa. Como no tenían agua corriente, debían juntar agua de
lluvia para las necesidades del hogar y para esto, en la parte superior había
un orificio en el tejado (Compluvium) por donde caía el agua hasta el Impluvium,
que funcionaba como depósito.
Al fondo existía un jardín que tenía una función similar
al Atrium; daba iluminación y distribuía las habitaciones a su alrededor. Lo
que hoy denominamos dormitorios o cuartos (Cubiculum) eran pequeños, donde cabía
una cama y poca cosa más.
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