viernes, 16 de agosto de 2013

En 1º2 la clase la dio Bernardo (16 de agosto)

En la clase de hoy estudiamos las ciudades romanas y la vivienda durante el Alto Imperio.
En la ficha que trabajamos había dos imágenes de ciudades de distinto origen (una romana y otra medieval). Pudimos ver que el diseño, el trazado de sus calles, era distinto. Mientras la Ciudad Medieval se diseñaba con un diseño llamado Radiocéntrico, la Ciudad Romana se diseñaba como si fuese un tablero de damas o de ajedrez. Esta forma de construir y diseñar ciudades proviene de Grecia, concretamente con la obra de un arquitecto llamado Hipodamo. Este sistema de planeamiento urbanístico es llamado Hipodámico o diseño en Damero, donde el diseño de las calles de la ciudad es en ángulo recto creando manzanas rectangulares.






Con las conquistas territoriales, Roma usa este sistema en todas sus provincias, entre las cuales estaba la actual España. Cuando este país conquistó América usa este diseño para la construcción de ciudades en este continente. Montevideo y la mayoría de las ciudades latinoamericanas están diseñadas con este sistema de amanzanamiento.
Las calles en las ciudades romanas eran muy estrechas, sin embargo existían dos calles principales mucho más anchas y que cruzan la ciudad. El Cardo cruza la ciudad en dirección norte-sur, y el Decumano lo hace en dirección este-oeste. En el punto de intersección de estas dos calles principales se encontraba el Foro, una plaza principal de toda ciudad romana donde se encontraban edificios dedicados al culto, edificios públicos, mercados y gente haciendo negocios.
 Los romanos trataron de construir un entorno urbano lo mejor posible para vivir. Tenían un sistema de alcantarillado, acueductos para traer a la ciudad agua potable, termas, baños públicos, pavimento y todo aquello necesario para vivir lo mejor posible.
Sin embargo testimonios de la época nos cuentan que la vida en la ciudad de Roma era muy dura. Debido a la gran migración del campo a la ciudad, Roma durante el siglo I a.c. contaba con una población que había ascendido a casi un millón de habitantes. Esto producía que las calles de la capital estuviesen muy transitadas. Quienes debían caminar por las calles tenían un traslado difícil. Los conductores de carros ocupaban las angostas calles y el ambiente se tornaba violento. Las calles eran sumamente ruidosas, había mucha gente y mucho grito.
Otro problema con el que contaba la ciudad romana era que podían caer recipientes desde las ventanas de alguna vivienda, además de poder ser un riesgo para la salud de las personas, estos recipientes no siempre estaban vacios. Durante las noches las calles eran muy inseguras, existían grupos de muchachos que se dedicaban a golpear gente y a escribir sobre las paredes mensajes muchas veces obscenos.
La vivienda
Había dos tipos de vivienda urbana: Insulae y Domus.
Las Insulae eran viviendas muy modestas de varios pisos que ocupaban toda una manzana. Tenía varias habitaciones donde vivía la gente de bajos recursos y se les alquilaba. El nombre Insulae proviene de la palabra Insula que significa manzana, y cada habitación recibía el nombre de Cenáculo. Eran como pensiones de alquiler de la actualidad.
Generalmente las Insulae estaban construidas en madera. La parte baja de la construcción, su base, se hacía con ladrillos, pero para poder hacer varios pisos hacia arriba se precisaba una estructura más liviana. Esto hacia que los derrumbes fueran un peligro constante. Otro peligro que sufría este tipo de vivienda era que al intentar sus ocupantes cocinar o calefaccionar el ambiente podía llegar a causar un incendio. Estas habitaciones no contaban con agua ni con baño, era una habitación en donde vivían varias personas en muy malas condiciones ya que cocinaban y dormían en un mismo ambiente. Todas estas habitaciones tenían ventanas que daban a la calle y en la planta inferior de este edificio había comercios.
Los dueños de las Insulae eran generalmente personas de mucha riqueza.



Las Domus eran las casas que habitaban los miembros de la aristocracia o ricos comerciantes, muy lujosas, de un solo piso y orientadas hacia un patio interior, prácticamente sin ventanas hacia las calles. Estas Domus se construían con buenos materiales, ladrillos y cemento, en el interior se podían observar paredes decoradas con pinturas.
Estas casas tenían un espacio central llamado Atrium que era el eje de la casa. Como no tenían agua corriente, debían juntar agua de lluvia para las necesidades del hogar y para esto, en la parte superior había un orificio en el tejado (Compluvium) por donde caía el agua hasta el Impluvium, que funcionaba como depósito.
Al fondo existía un jardín que tenía una función similar al Atrium; daba iluminación y distribuía las habitaciones a su alrededor. Lo que hoy denominamos dormitorios o cuartos (Cubiculum) eran pequeños, donde cabía una cama y poca cosa más.



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