martes, 23 de octubre de 2012

Parte domiciliaria del escrito del viernes 26

Esta es la parte domiciliaria del escrito. Tal como anuncié la publico en el blog, y mañana dejo una copia en el quiosco y otra en el liceo por las dudas. Los que me la soliciten, la pueden recibir también por correo electrónico.


Escrito de historia
Parte domiciliaria – entrega 26 de octubre


Abajo tienes un texto tomado del libro escrito por Eginardo contando la vida de Carlomagno. Se refiere al reparto de sus bienes luego de su muerte. Tu tarea consiste en representar la forma en que estaba prevista la división de la fortuna de Carlomagno entre sus herederos. Puedes hacer dibujos, formas geométricas, utilizar colores diferentes,  o hacer un esquema con llaves y flechas, o algo parecido a lo que utilizamos cuando estudiamos la crisis del siglo III. Si utilizas figuras, también deberás utilizar palabras para que se sepa lo que representan.
Es muy importante empezar por subrayar en el texto lo que te parece importante, y por supuesto, este trabajo necesita primero un borrador, hecho con lápiz para poder borrar tantas veces como sea necesario antes de tener la forma definitiva.
Nota: tal vez encontrarás palabras que no conozcas. Debes preguntar si alguien conoce su significado, o intentar con un diccionario.

Antes que nada, lee atentamente:
En nombre del Señor Dios Todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ésta es la división y repartición que el muy glorioso y muy piadoso señor Carlos, emperador augusto, el año de la encarnación de Nuestro Señor Jesucristo 811, 43º de su reinado en Francia, 36º de su reinado en Italia y el año 11º del Imperio, con un designio prudente y piadoso y con la gracia de Dios, ha decidido hacer de sus tesoros y del dinero que se encuentra en esta fecha en su cámara.
Al proceder a la distribución ha querido no solamente asegurar una repartición metódica y razonable de su fortuna en forma de limosnas, siguiendo la tradición cristiana, sino también y sobre todo, hacer conocer a sus herederos claramente y si ninguna ambigüedad lo que les tocará y hacer entre ellos sin discusión ni disputa una repartición equitativa.
Conforme a esta intención y a este designio, empieza por dividir por tres todas las cantidades y todos los bienes muebles que, en forma de oro, plata, piedras preciosas u ornamentos reales se hallan este día, como ya se ha dicho, en su cámara. Se ha reservado íntegramente un tercio; después ha dividido los otros dos tercios en veintiuna partes, correspondientes a las veintiuna ciudades metropolitanas comprendidas, como se sabe, en su reino; y ha decidido que sus herederos y amigos deberán entregar estas partes a cada una de las metrópolis en calidad de limosna y que cada uno de los arzobispos que estará en aquel momento nombrado en el gobierno de las iglesias metropolitanas deberá, después recibir su parte, repartirlo a su vez con sus dependientes de la manera siguiente: un tercio para su iglesia, los otros dos tercios divididos entre sus dependientes.
Los lotes atribuidos a las veintiuna ciudades metropolitanas en esta repartición se han colocado separadamente y se han sellado y depositado en un cofre con la indicación, en cada uno de ellos del nombre de la ciudad a la que deberá entregarse. Los nombres de las metrópolis que deberán recibir estas limosnas o dádivas son: Roma, Rávena, Milán, Friuli, Grado, Colonia, Maguncia, Salzburgo, Tréveris, Sens, Besançon, Lyon, Ruán, Reims, Arlés, Viena, Tarentaise, Embrun, Burdeos, Tours, Bourges.
El tercio en reserva se ha decidido que se utilizaría de la siguiente forma: a diferencia de los otros dos tercios, repartidos según se ha explicado y guardados bajo sello, el tercer tercio, que comprende bienes sobre los que ningún voto ha impedido la libre disposición a su poseedor, será dedicado a sus necesidades cotidianas mientras viva o mientras considere que los necesita.
Después de su muerte o de su renuncia voluntaria a las cosas de este mundo, esta porción de sus bienes será subdividida en cuatro:
un cuarto deberá aumentar los veintiún lotes indicados anteriormente; otro cuarto deberá ser remitido a sus hijos e hijas a los hijos e hijas de sus hijos para repartirlo entre ellos de manera justa y razonable; el tercer cuarto, según la costumbre cristiana, deberá ser distribuido entre los pobres; y por fin el cuarto cuarto, de la misma forma se repartirá en limosnas en forma de socorro a los servicios de ambos sexos del servicio del palacio.
A este último tercio de toda su fortuna, compuesto, como los otros dos tercios, de oro y plata, ha decidido añadir todas las vasijas y utensilios de cobre, de hierro o de otro metal, sus armas, sus vestiduras y todos sus bienes muebles, preciosos o de uso corriente, como cortinas, cobertores, alfombras o tapices, fieltros, pieles, arneses y todo lo que se encuentra hoy en su cámara y en su vestidor, a fin de aumentar esta porción y permitir sus limosnas a un mayor número de personas.
Por lo que se refiere a los bienes de la capilla, es decir, del servicio eclesiástico, ha resuelto que permanecerían intactos y no serán objeto de repartición alguna, tanto los que reunió y regaló él mismo, como los que proceden de su herencia paterna,. Pero si se encuentran libros o vasos que consta que él no los regaló, podrá comprarlos quienquiera, a condición de pagar por ellos un precio justo. Asimismo, en cuanto a los libros que ha reunido en gran número en su biblioteca en su justo precio y las cantidades recogidas de estas ventas deberán repartirse entre los pobres.
Entre sus tesoros y riquezas se sabe que se hallan todavía tres tablas de plata y una de oro de una talla y peso considerables. Ha decidido y decretado que una de ellas, de forma cuadrangular, en la cual está dibujado el plano de la ciudad de Constantinopla, será enviada, con las otras dádivas previstas para ello, a Roma, para la basílica del bienaventurado apóstol Pedro; que otra de forma circular, en la que se representa la ciudad de Roma, será atribuida al obispado de Rávena; la tercera, la más hermosa y de más peso de todas ellas, aquella en la que se dibuja en trazos finos y menudos un mapa del mundo entero en forma de tres círculos concéntricos, y la tabla de oro, designada como cuarta, deberá añadirse a las tres porciones que se ha previsto repartir entre los herederos y beneficiarios de limosnas.
Estas decisiones y disposiciones se han tomado y acordado en presencia de los obispos, abades y condes que han podido estar presentes y a continuación damos sus nombres:
Obispos: Hildebaldo, Riculfo, Arno, Wolfar, Bernoin, Laidrad, Juan, Teodulfo, Jessé, Heiton, Waltgaud.
Abades: Fridugis, Adalung, Angliberto, Irminon.
Condes: Walah, Megiher, Otulfo, Esteban, Unroc, Burnus, Edo, Ercangarius, Geroldus, Bero, Hildigernus, Hroccolfus.

2 comentarios:

  1. Hola Ana Laura,
    recién llego a casa... En realidad tendría que caber en una sola hoja, pero cada uno verá la manera de representar la división de esa fortuna tan grande.
    nos vemos mañana
    ana

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