viernes, 29 de junio de 2012

En 1º4 la clase la dio Bruno (12) (29 de junio)


En la clase de hoy vimos cómo hizo Alejandro para organizar el vasto imperio que había formado. Para eso, utilizó algunos elementos que ya pertenecían a los persas y agregó innovaciones.
            Con respecto a la organización política del imperio, Alejandro utilizó las bases que dejaron los persas. El territorio estaba dividido en circunscripciones territoriales, algo similar a departamentos, que tenían sus propios límites. Estos territorios se denominaban SATRAPÍAS. Al frente de cada una de ellas se encontraba un SÁTRAPA, que cumplía las funciones de gobernador político y militar. En este caso el único cambio que introdujo Alejandro cambiar los sátrapas. En aquellos lugares donde las poblaciones estaban más desconformes con la dominación macedonia, puso al frente de las satrapías a Sátrapas macedonios. En las gobernaciones que se habían mostrado favorables a Alejandro, dejó a los jefes persas, pero les imponía una estricta vigilancia, incorporando jefes militares macedonios a su lado.
            Había regiones del imperio que tenían escasa población y no estaban adecuadamente organizadas: en estos casos Alejandro acudió a la fundación de ciudades (Alejandrías) que fueron unas 35. Estas ciudades tenían la forma típica de la polis griega que vimos en el curso, y cumplían una importante función de centro administrativo y militar de la zona que le rodeaba. Bucefalia también era un ejemplo de estas fundaciones. Incluso cumplían el rol de difundir el estilo de vida griego.
            Otro elemento que colaboró con la organización del imperio macedonio fue la existencia de redes de caminos y puentes que se extendían por casi todo el territorio. Esto fue aprovechado por Alejandro para vigilar mejor un imperio tan extenso.
            Una gran innovación del Rey macedonio fue la acuñación de una única moneda para todo el imperio, para favoreces los intercambios comerciales en zonas muy distantes. Hasta ese momento, los griegos tenían sus propias monedas pero en muchas regiones persistía el trueque de productos.
            Sin embargo, estas medidas no alcanzaban para lograr un clima de paz interna, ya que las poblaciones orientales no se sentían representadas por los jefes militares macedonios, que tenían diferentes costumbres, diferente idioma, creencias, incluso vestimentas. Entonces Alejandro  acudió a adoptar MEDIDAS SIMBÓLICAS, que anotamos en el pizarrón.      
            Entre estas medidas, que reflejaban la astucia de Alejandro y la fascinación que sintió por oriente, ubicamos algunos comportamientos del Rey de Macedonia como los casamientos: Alejandro, para acercarse a la nobleza persa y entablar buenas relaciones, SE CASÓ CON PRINCESAS ORIENTALES, como Statira (hija de Darío III) y Roxana. Contrajo, en total, matrimonio con 4 esposas persas.
            Un acontecimiento muy conocido con respecto a los matrimonios sucedió en Susa. En esa ciudad, donde Alejandro contrajo matrimonio con una princesa persa, el Rey de Macedonia ofreció recompensa a los soldados macedonios que se casaran con muchachas persas: ese día se casaron unos 10.000 soldados.
            Otras de las medidas simbólicas fue la adopción de algunas costumbres típicamente persas: Alejandro comenzó a vestirse igual que los reyes orientales, que se caracterizaban por usar una capa y una especie de corona que se denominaba diadema. Esto no se estilaba entre los griegos. Además de vertirse diferente a los griegos, Alejandro le exigió a todos sus SÚBDITOS que le hicieran REVERENCIA, esto quería decir, inclinarse ante el Rey. Los orientales estaban acostumbrados a estas prácticas pero los griegos no.
            Estas medidas no fueron bien vistas por los macedonios que acompañaban a Alejandro. Sus “compañeros” (así se llamaban entre ellos) se enojaron con Alejandro en varias ocasiones, porque SU REY a medida que avanzaba la conquista se parecía más a un Rey oriental que a un Rey griego. Pero Alejandro, que se consideraba de descendencia divina, no admitía que sus soldados criticaran sus medidas y varios fueron ejecutados. Entre los que se negó participar de ritos persas y fue ejecutado se encuentra Calístenes, un cronista de guerra que Alejandro había llevado consigo para que escribiera todo acerca de sus victorias. Como se negó a reverenciarle como un rey persa, fue ejecutado. Otros casos conocidos son los de Parmenios y su hijo. Parmenios había sido un jefe militar destacado y un gran amigo de Filipo. Sin embargo se atrevió a contradecir órdenes de Alejandro y conspirar contra el Rey. Tanto Parmenios como su hijo fueron ejecutados, ya que ambos eran soldados del Rey.
            Otras medidas tomadas por Alejandro se dirigieron al respeto por las costumbres persas, aunque él no las adoptara. Por ejemplo permitió que sus súbditos orientales mantuvieran su propia religión. 
            

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