jueves, 9 de junio de 2011

En 1º2 la clase la dio Cecilia (4)

En la clase de hoy, continuamos trabajando con los grupos sociales de Esparta. Hablamos de los espartanos, que eran también llamados “iguales”, porque el Estado les repartía iguales lotes de tierra a todos y también  determinada cantidad de ilotas, que eran quienes trabajaban la tierra. Esta, no era propiedad privada de cada espartano, sino que pertenecía al Estado.
Otro grupo social, era el formado por los periecos, quienes tenían tierras, pero poco fértiles. Por esto, se van a dedicar a otras actividades económicas, como el comercio y las artesanías. En tiempos de guerra, debían brindar ayuda militar.
Por último, los ilotas, constituían la servidumbre del Estado. Trabajaban la tierra que les daba a los espartanos, y debían además pagarles un impuesto. Al igual que los periecos, no tenían derechos políticos, por lo que no podían participar de la asamblea, y mucho menos de la Gerusía ni ser elegidos como éforos. Aclaramos en clase, que los ilotas no eran esclavos de los espartanos, sino que pertenecían al Estado, por lo que no podían ser comprados ni vendidos.
Luego trabajamos con el concepto de Areté, explicando que es un conjunto de valores y características, a los que debían aspirar los griegos para llegar a la excelencia. El areté, variaba en las distintas polis, por lo que explicamos cual era el areté para los espartanos: el hombre espartano debía ser un buen deportista, estar física y militarmente formado para la guerra. Consideraban como valores importantes la disciplina, la austeridad, la honestidad y el amor a la patria.
Para  alcanzar el areté, Esparta tenían un modo particular de educación: los niños eran separados de su familia a los 7 años, momento en el que empezaba su formación militar. Para entender mejor esto, trabajamos con el siguiente texto:
“El niño pertenece no tanto a la familia cuanto al Estado. Al nacer se le presenta ante un verdadero consejo de inspección que decide su destino: sólo tiene derecho a vivir el que más tarde será un buen soldado. Desde los siete años, se incorpora a la comunidad de muchachos de su edad y comienza, bajo la dirección de maestros seleccionados por el Estado, su aprendizaje militar. Descalzo, invierno y verano con una túnica corta y ligera, alimentado con una parva ración que tiene que contemplar con el hurto, durmiendo en una yacija de cañas cortadas por él mismo a orillas del Eurotas, se acostumbraba a soportar la intemperie, la fatiga, el hambre y el dolor.”
JARDE. La formación del pueblo Griego. Pág. 120

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