lunes, 29 de abril de 2013

En 1º2 la clase la dio Bernardo (29 de abril)


En la clase que tuvimos hoy vimos aquellos procedimientos que los griegos llevaban a cabo para la fundación de una nueva polis cuando habían decidido dejar aquella en que habían nacido. Estos son los mismos que practicaron cuando los distintos grupos de indoeuropeos fundaron las primeras polis en territorio griego.

Un paso muy importante era el traslado del fuego sagrado. Este era un culto religioso que servía a los griegos para representar a su hogar y a sus antepasados, para que a través de su fuego encendido les proporcione salud, sabiduría, riqueza, buena suerte, etc. Su idea de llevarlo a la nueva polis que fundarían era unirlos a su tierra de origen. A este territorio también llevaban un puñado de tierra de su polis de origen.
También llevaban a cabo un sacrificio. Esta era una forma que tenían los hombres de comunicarse con los dioses para pedirles cosas. El sacrificio consistía en quemar animales en el altar que se encontraba en el templo, salvo sus entrañas, el mismo era comido por las personas que asistían al ritual.

Cuando la nueva polis  era fundada, su gobierno se encargaba de repartir lotes de tierra, delimitaba territorialmente a la nueva ciudad, se establecía el mito heroico, se construían los templos. Además todas las polis tenían un dios protector, que como ya vimos la llamaban divinidad poliada.
Todas estas prácticas en la fundación tenían por objeto recordar su tierra de origen.

Hemos conocido en esta clase algunos nombres de polis que están ubicadas en la península balcánica y a las polis que se encuentran fuera de ella. A las primeras le pusimos el nombre de metrópolis (metrópoli es un término utilizado para nombrar a aquellas polis que más tarde enviarán a algunos de sus ciudadanos a fundar otra en un territorio lejano) y a la segundas colonias.
Con el mapa en el pizarrón y el de ustedes (que habían coloreado en casa con las zonas que poblaron los griegos) le pusimos nombres propios a algunas pocas de las tantas polis que se fundaron fuera de los territorios griegos, como por ejemplo Massalia, Siracusa, Messina, Tarento, Trebisonda y Cirene.
Identificamos también otras polis de Grecia: Esparta y Atenas. Las mismas no tuvieron una participación muy destacada en este movimiento de fundación de nuevas polis, no obstante se conoce alguna colonia fundada por las mismas. En las próximas clases estudiaremos de qué manera estas dos polis, cada una forma diferente, solucionaron el problema que aquejaba a casi todas las polis de Grecia en aquella época: cada vez más población para una tierra que resultaba cada vez más escasa.


  


En la última parte de la clase planteamos algunas consecuencias de este movimiento que llevó a muchos griegos a fundar nuevas polis en territorios lejanos. Algunas consecuencias significaron una solución a aquellos que se vieron en la necesidad de emigrar.
Con estos nuevos sitios poblados creció el intercambio (o sea, el comercio) de distintos productos entre las colonias y las metrópolis. Aumentó el consumo de productos que antes no se conocían o que eran muy escasos en Grecia. Los griegos ya conocían la moneda (en esa época no había billetes, y las monedas eran de distintos metales, algunos muy valiosos y otros no tanto). Al aumentar el comercio también aumentó la acuñación (es decir la fabricación) de monedas, porque eran importantes para hacer más fácil la compra y la venta de los productos.

También vimos cómo, al haber griegos por en todas las costas del Mar Mediterráneo y del Mar Negro, su idioma, su religión, sus costumbres, su forma de gobierno… sirvieron de inspiración para pueblos que tenían contacto con ellos. 

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