En la clase que tuvimos hoy vimos aquellos procedimientos que
los griegos llevaban a cabo para la fundación de una nueva polis cuando habían
decidido dejar aquella en que habían nacido. Estos son los mismos que
practicaron cuando los distintos grupos de indoeuropeos fundaron las primeras polis
en territorio griego.
Un paso muy importante era el traslado del fuego sagrado. Este
era un culto religioso que servía a los griegos para representar a su hogar
y a sus antepasados, para que a través de su fuego encendido les proporcione
salud, sabiduría, riqueza, buena suerte, etc. Su idea de llevarlo a la nueva
polis que fundarían era unirlos a su tierra de origen. A este territorio también
llevaban un puñado de tierra de su
polis de origen.
También llevaban a cabo un sacrificio. Esta era una forma que tenían los
hombres de comunicarse con los dioses para pedirles cosas. El sacrificio
consistía en quemar animales en el altar que se encontraba en el templo, salvo
sus entrañas, el mismo era comido por las personas que asistían al ritual.
Cuando la nueva polis era
fundada, su gobierno se encargaba de repartir lotes de tierra, delimitaba
territorialmente a la nueva ciudad, se establecía el mito heroico, se
construían los templos. Además todas las polis tenían un dios protector, que
como ya vimos la llamaban divinidad
poliada.
Todas estas prácticas en la fundación tenían por objeto recordar
su tierra de origen.
Hemos conocido en esta clase algunos nombres de polis que están
ubicadas en la península balcánica y a las polis que se encuentran fuera de
ella. A las primeras le pusimos el nombre de metrópolis (metrópoli es un término utilizado para nombrar a
aquellas polis que más tarde enviarán a algunos de sus ciudadanos a fundar otra
en un territorio lejano) y a la segundas colonias.
Con el mapa en el pizarrón y el de ustedes (que habían coloreado
en casa con las zonas que poblaron los griegos) le pusimos nombres propios a
algunas pocas de las tantas polis que se fundaron fuera de los territorios
griegos, como por ejemplo Massalia, Siracusa, Messina, Tarento, Trebisonda y Cirene.
Identificamos también otras polis de Grecia: Esparta y Atenas.
Las mismas no tuvieron una participación muy destacada en este movimiento de fundación de nuevas polis, no obstante se conoce alguna colonia fundada por las mismas. En
las próximas clases estudiaremos de qué manera estas dos polis, cada una forma
diferente, solucionaron el problema que aquejaba a casi todas
las polis de Grecia en aquella época: cada vez más población para una tierra que resultaba cada vez más escasa.
En la última parte de la clase planteamos algunas consecuencias
de este movimiento que llevó a muchos griegos a fundar nuevas polis en
territorios lejanos. Algunas consecuencias significaron una solución a aquellos
que se vieron en la necesidad de emigrar.
Con estos nuevos sitios poblados creció el intercambio (o sea, el comercio) de distintos productos
entre las colonias y las metrópolis. Aumentó el consumo de productos que antes
no se conocían o que eran muy escasos en Grecia. Los griegos ya conocían la
moneda (en esa época no había billetes, y las monedas eran de distintos
metales, algunos muy valiosos y otros no tanto). Al aumentar el comercio
también aumentó la acuñación (es decir la fabricación) de monedas, porque eran
importantes para hacer más fácil la compra y la venta de los productos.
También vimos cómo, al haber griegos por en todas las costas del Mar
Mediterráneo y del Mar Negro, su idioma, su religión, sus costumbres, su forma
de gobierno… sirvieron de inspiración para pueblos que tenían contacto con
ellos.
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