En
la clase de hoy concluimos lo que quedó pendiente de la clase anterior sobre el
culto doméstico y vimos algunas cosas relacionadas con los caminos.
El
culto doméstico para los romanos era sumamente importante. Si bien no era
practicado por todas las familias, sino que era una característica de las
familias más adineradas, se hacía con mucho cuidado. Descuidar este culto a los
antepasados podía traer consecuencias negativas para el hogar. Par analizar
este aspecto, leímos el siguiente texto.
Un
culto doméstico:
El
padre, pater, es el principal sacerdote de este culto, por lo tanto su poder
como jefe de familia revestía un carácter sagrado. El culto principal era a sus
antepasados que recibían el nombre de manes. Cumplir con los ritos implicaba
tranquilizar estas almas y convertirlos en genios benefactores del hogar. Si se
olvidaban estos deberes, podían convertirse en fantasmas denominados larvas,
que atormentaban a los miembros de la familia. El símbolo principal del culto
era el fuego del hogar que, siempre encendido, se encontraba en un pequeño
altar. Allí se hacían pequeñas ofrendas como vino, leche o pan.
Por supuesto, el
rol más importante en este caso, lo cumple el pater de la familia. Esto quiere
decir que no sólo tenía amplias potestades sobre sus hijos y esposa, sino que
además ese poder tenía un carácter sagrado. El culto se dirigía a mantener
satisfechos a los antepasados, que cuanto más prestigiosos fueran, mejor para
el renombre de la familia. Pero si no se cuidaba el culto, estos antepasados
podían volverse negativos para el hogar, atormentando a los miembros de la
familia.
¿Cómo era este
culto? En todas las domus existía un altar que se dedicaba a esto. Allí había
siempre una llama encendida que representaba a la familia. Tenía un valor simbólico
muy importante, como la llama de las ciudades griegas, las polis, que cuando se
trasladaron a nuevos territorios, se llevaron sus llamas representativas. En el
altar donde ardía ese fuego se hacían ofrendas. Cada vez que la familia se reunía
a comer, se dejaba a los “manes” un poco de vino, leche o comida. Los más
humildes dejaban pan.
“Todos los caminos conducen a Roma”
Lo siguiente que
vimos fueron los caminos. Los caminos romanos gozaron de mucha fama en la Antigüedad , incluso
hasta la actualidad. Era caminos o calzadas, hechas de piedra que comunicaban a
la capital con los rincones más alejados del imperio. Estos caminos llevaron
mucho trabajo pero fueron muy útiles. Incluso dieron trabajo a muchas personas
que se encontraban desempleadas.
¿Por qué eran tan importantes los
caminos?
En
un imperio tan grande como el romano era necesarios tener siempre controladas
las fronteras, que ante el mínimo descuido, podía ser invadida. Entonces los
caminos fueron muy útiles para trasladar las tropas, que debían moverse
constantemente de un lugar a otro.
Por
otro lado, su uso era más extenso, y lo más interesante de estos caminos es que
permitían todo tipo de comunicaciones, desde productos agrícolas hasta cultos
diferentes.
La
economía del imperio fue diferente al período republicano. Principalmente, las
producciones agrícolas más comunes a Italia, como la vid y el olivo se
intenaron trasladar a otros lugares y se logró con éxito. Tanto la vid como el
olivo resultaron atractivos en zonas donde la tierra era más fértil que en
Italia y la producción creció enormemente. Sin embargo no fue en beneficio de
todas las provincias. Las provincias orientales comenzaron a producir de forma
más barata y de mejor calidad, por lo tanto los romanos que vivían en Italia se
empobrecieron enormemente. A pesar de esto no hubo innovaciones en la agricultura.
Algunos emperadores se esforzaron por evitar la ruina económica de Italia y
fomentaron los cultivos de cereales como el trigo. Sin embargo el hambre siguió
siendo frecuente.
Por
otro lado, la industria no tuvo grandes cambios. Se siguieron usando los mismos
modelos para todo y las mismas herramientas. En el caso de la cerámica que se
producían en Roma y otras ciudades de Italia, fueron copiados los modelos pero
de forma más barata, si tantos detalles y de menor calidad. En esto se
especializaron las Galias e Hispania. Por otro lado produjeron gran atracción
los artículos de oriente, como sus telas. El lino era muy codiciando.
Además
no podemos olvidarnos de la importancia de los esclavos. Los caminos servían
para trasladar animales y esclavos de unos lugares a otros. Como la producción
agrícola se hacía casi sin excepciones en grandes latifundios, los esclavos
eran la principal mano de obra.
El
comercio también se hizo hacia fuera del imperio, especialmente por mar. Era
muy importante el comercio al norte de Britania con las poblaciones locales. Lo
mismo sucedía con los pobladores de los alrededores del Mar Caspio y Mar Negro.
Sin
embargo el comercio exterior más llamativo era con las zonas que actualmente
ocupan China y la India. Esos
lugares, a los que había llegado sólo Alejandro, fueron atractivos puntos de
comercio para los romanos. Allí podían comerciar artículos exóticos que sólo
usaban los ricos. Estos productos podían ser: perfumes, incienso, telas
(muselinas). Era muy codiciados y sus precios altísimos.
Por
último, algo muy importante. Por los caminos no sólo se transportaban productos
materiales, sino que también circulaban nuevas ideas, religiones o corrientes
filosóficas con las que los romanos quedaron fascinados. Con estas nuevas creencias
que provenían principalmente de Oriente, a los romanos les sucedió algo similar
a Alejandro, les encantó. Por lo tanto en la capital circulaban muchos cultos
orientales o filosofías griegas, como el estoicicismo y el epicureísmo sin que
los emperadores se enojaran por eso, algunos emperadores como Marco Aurelio
eran partidarios de estas filosofías. Generalmente a los romanos no les
molestaron las distintas religiones sino que la contrario, se apropiaban de
algunas cosas, eran muy abiertos. Salvo algunas excepciones, en que emperadores
como Nerón se enfadaron y prohibieron su culto a los judíos y cristianos.
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