Deberes para entregar
el lunes 17 de noviembre. Tiene valor de escrito mensual.
1. Busca en el cuaderno o en el blog
las características de los reinos romano-germánicos. Luego, apoyándote en este
texto escrito por el historiador Franz Maier debes ejemplificar cada una de
esas características con las situaciones narradas en el texto. Puedes ilustrar
el texto si lo deseas.
La historia política del reino merovingio a finales
del siglo VI venía siendo determinada por las crueles luchas dinásticas. La
falta de normas precisas para la sucesión creó una situación dramática en una
casa real, donde dominaban las pasiones incontroladas, los excesos y la brutalidad.
Con la muerte de Clotario I en el año 561, terminaba
un corto período de unificación. De sus 4 hijos, Cariberto, el rey de Paris,
había muerto en 567, Gontrán (561-592) quedó como soberano de Orleans y Borgoña,
al margen de los acontecimientos. En la escena política dominaban el rey de
Austrasia, Sigiberto I (561-575), con residencia en Metz y el rey de Neustria,
Chilperico I (561-584), con residencia en Soissons; sus mujeres Brunilda y
Galsuinda eran hermanas y procedían de la casa real de los visigodos. Gregorio
de Tours ha dejado un tremendo retrato del Chilperico, donde no faltan los
rasgos terroríficos. Fuera de su amante, Fredegunda, solo le interesaban dos
cosas: la expansión del área de su soberanía a costa de sus hermanos y el atesoramiento
de la mayor riqueza posible. En cuanto a la elección de los medios no era muy
refinado: aumento de impuestos y recaudación brutal, multas fortísimas en
dinero contra la rica nobleza y venta de las sedes episcopales a quienes ofrecían
más por ellas. Todo ayudaba a llenar su caja. Junto a la avaricia casi patológica
y refinada hipocresía política, aparecían en él rasgos originales: Chilperico
era un rey merovingio que compuso poesías latinas, amplió el alfabeto en cuatro
letras por real decreto y desdeñó la doctrina trinitaria como insensatez antropomórfica.
La lucha por la soberanía en el reino franco comenzó
con el misterioso estrangulamiento de Galsuinda. Sigiberto consiguió éxitos
políticos y militares contra Chilperico en una campaña de castigo contra él.
Pero, en el momento de su triunfo Fredegunda hizo que lo asesinaran con un
puñal envenenado (575). Brunilda fue hecha prisionera, pero consiguió escapar.
Durante los 30 años siguientes ejerció una influencia dominante en la política
merovingia como reina de Austrasia, al principio como regente, hasta el año
595, en nombre de su hijo Childeberto II (575-595) de solo 5 años de edad. Ella
era una persona carente de escrúpulos, que logró durante decenios defender a
Austrasia contra los intentos de conquista de Chilperico (asesinado en 584) y
al mismo tiempo refrenar la oposición de la nobleza contra su persona. Cuando
su nieto Teodoberto II (595-612), coronado rey de Austrasia por decisión de
ella se levantó contra su abuela, movió a su hermano Teuderico II (595-613) a
aplastar esta insurrección. Teudeberto fue entregado en el año 612 a Brunilda,
quien lo eliminó. Al morir también Teuderico II, un año después, Brunilda intentó
unificar los reinos de Austrasia y Borgoña bajo el mando de su bisnieto Sigiberto
II, que contaba con 12 años de edad. Pero en ese momento se produjo la rebelión
abierta de la nobleza de Austrasia bajo la dirección del obispo de Metz y del
mayordomo de palacio Pipino. Con ayuda de Neustria, Brunilda fue hecha prisionera
junto al lago Neuchatel, y durante tres días sometida a tormento para
finalmente morir arrastrada de la cola de un caballo en 613.
2. El texto que sigue también ha sido escrito por el historiador Franz
Maier. Debes hacer de cuenta que puedes hablar con él y hacerle preguntas, que
responderás copiando fragmentos del texto. La
nota que saques en este ejercicio tiene que ver con las preguntas que le hagas
y con cómo se ajustan a las respuestas elegidas, no con las respuestas en sí,
que es el propio texto de Maier.
El verdadero malestar de la época no se debía a la situación política
interior, oscura y sangrienta, sino a la política exterior (íntimamente ligada
a aquella); el acontecimiento decisivo, por sus efectos en la nueva estructuración
política del mundo mediterráneo, fue el enfrentamiento con los pueblos invasores.
La expresión ‘invasión de los bárbaros’, en sentido cásico, como ataque de
germanos y hunos al imperio, da una idea limitada de un acontecimiento, que
suele englobarse en un fenómeno migratorio general, que afectaba a toda la
región de los Balcanes y que amenazaba también al imperio desde otros
puntos. […]
La desintegración del Imperio Romano de Occidente, en el choque con las
tribus invasoras, se inició con la ofensiva de los germanos orientales. […] El
último acto del drama se desarrolló en Italia. Aquí, como en cualquier otra
parte en que se encontrasen las tribus germánicas, el ejército se había convertido
en un factor autónomo, que apenas si tomaba ya en consideración al último
emperador romano y lo que quedaba de su administración. Cuando el gobierno de
Rávena negó una concesión de tierras al ejército, las tropas aclamaron como rey
a su comandante en jefe Odoacro. Este conquistó Ravena y depuso a Rómulo Augústulo
(476). […]
La invasión de los bárbaros transformó las tierras comprendidas entre
el Danubio, Escocia y el Sahara. En lugar de un imperio mediterráneo unitario
apareció un sistema político pluralista; un mundo de estados constituido por
los estados germánicos, sucesores del imperio de Occidente, y por el imperio
bizantino. El resultado de este proceso de transformación, que duró más de cien
años, no es tan claro como pudiera parecer visto desde nuestro tiempo. Hubo
momentos en que el destino parecía incierto; momentos, hacia la mitad del siglo
V, en que parecía posible que, bajo la presión del imperio de los hunos y de
los vándalos, la evolución histórica pudiese tomar caminos totalmente
distintos. Pese a todas las situaciones extremas locales y temporales, el enfrentamiento
de los germanos con el mundo romano no revistió nunca un carácter catastrófico,
ni siquiera en occidente. Ciertamente, aceleró una evolución que ya venía en
marcha. Sobre el suelo del viejo imperio subsistían los elementos de la cultura
romano-tardía, de su estructura social y económica y, en parte, de su organización
administrativa. […]
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